martes, 25 de mayo de 2010

Los Espantadores de Mujeres

___Clasificación: Tipos de Cerdos___

Ya sea por perjuicio o vergüenza ajena, nos negamos a consentir el nefasto comportamiento de Los Espantadores de Mujeres, rehuyendo de su generosa amistad a fin de no tener que pagar los precios terribles que genera su desacertada actitud frente a las mujeres.

No sólo que los Espantadores de Mujeres tienen menos éxito que un submarino descapotable, sino que son personas tóxicas, erosivas, que salpican su inmundicia a todo aquel que se encuentre a su lado.

Ignorando sus propios fallos, estos sujetos se adjudican virtudes que sólo en su propia orbe ficticia cavilan, cuando lo cierto es que acaparan un puñado de conceptos erróneos en cuanto a su modo de actuar.
En efecto, ellos mismos son su propio obstáculo, su propia desgracia.

Para que entiendan a qué me refiero, oberven algunas muestras de la gran variedad de Espantadores de Mujeres que lastimosamente pueden presentarse:

El Manoseador

Con la loca intención de toquetear a la chica que tiene en vista, este minucioso estratega siempre tiene alguna maniobra que le dé esa posibilidad.

Todas saben que el viejo truco del masaje está muy visto, pero hacer crujir la espalda es una alternativa para este engendro en celos.

El muy descerebrado suele buscar cosas en común con ella a fin de aplicar frases estúpidas como "choque esos cinco" y, tras gestar la acción, ya que está, aprovechar para abrazarla en busca de mayor contacto físico.

Cuando esta pesadilla va tomado más confianza, que él mismo se fue dando luego de dar más vuelta que galleta en boca de vieja, veremos como no tardará en levantar a la chica en sus brazos creyendo que es divertido, mientras ella roja del odio pedirá a gritos que la baje.
Ante tamaño bochorno, la mujer en cuestión comenzará a alejarse sutilmente de él.

El Impresentable

Este sujeto es de los que nunca, pero jamás, quisiéramos que aparezca cuando conversamos con un grupo de mujeres.

Uno espera que este ser desagradable no abra la boca, porque cada vez que lo hace suelta una carretilla de mierda. Es como que hablara sin pensar, sin medir las consecuencias.

Por ejemplo, si nos encontramos cenando con un grupo de mujeres a las cuales intentamos ligar, el Impresentable regresará del baño y seguro soltará alguna frase como "qué bonito pino acabo de plantar".

Lo más lamentable de todo es que el muy estúpido cree que es gracioso, sin darse cuenta que no hay tal confianza, perdiendo
todo tipo de elegancia y el poco interés que podría haber generado.

El Desesperado

Este individuo parece que recién salió de la cárcel o que nunca vio una mujer. Es como un volcán a punto de entrar en erupción.

Son muy obvias las intenciones de este perro baboso, no sabe disimularlas, es muy atolondrado, no conoce de sutileza y carece de prestancia masculina.

Si está cerca de una mujer, suele comenzar elogiándole las piernas, para luego profundizar sobre sus posibles tetas operadas. Va directo al grano el muy opa.

Cuando se encuentra en su casa se la pasa en el messenger con el único objetivo de bombardear a toda mujer que se conecte.
Se le nota que no la pone desde hace tiempo; de ahí su desesperación

El Antiestético

Es escandaloso de lo desagradable que puede llegar a ser. Verlo ya es una cosa muy fea, pero compartir una charla con él es todavía peor. Mientras habla escupe y suele meterse el dedo en la oreja con toda naturalidad durante el desarrollo de la conversación.

Ni que hablar de cómo se viste. Imaginen combinar un Flogger con un Emmo, nos caerían lágrimas de sangre - es cierto que el gusto no está escrito, pero todo tiene un límite -

Este sujeto también se caracteriza por ser algo descuidado y despistado. Aunque siempre tiene una excusa, pero una excusa asquerosamente absurda. Si la mujer advierte que él tiene las uñas largas, por ejemplo, él argumenta con toda seriedad que no se las cortó porque estaba triste. Cosas que no se entienden.

El Fantasma

Otra forma de espantar mujeres es la modalidad que utiliza este personaje.
Cuentista como político en pre-elecciones, este mentiroso intenta impresionar con alguna aventura ficticia que ya viene tramando de ante mano, con el objetivo de impresionar a la dama.

El muy fantasma suele largar burradas como haber escalado el Monte Everest él solo o que viene de tirarse en paracaídas del edificio más alto de Dubai. Pero por su puesto que la chica no tarda en darse cuenta que está en presencia de un auténtico fanfarrón

Además, se va anexando cualidades que nunca tuvo. Digamos que pertenecen al grupo de los que se empecinan con ser originales, pero lo único que generan es repulsión en los demás.

Como colofón de este tema, cabe agregar que un hombre de bien no debería dejar a un verdadero amigo a la cornisa del desamparo, puesto que no permitiría que sea un infausto toda la vida.

A cambio, en lugar de rehuirle por miedo a ser perjudicado, es necesario advertirle de su desgracia y de su modo erróneo de actuar por su propio bien y por el bien de todos.

Ya que las mujeres no lo hacen directamente - y si lo hacen indirectamente los muy babosos no se dan cuenta -, somos nosotros que debemos
darle una mano amiga, un consejo de hombre a hombre, una crítica constructiva acompañada de una palmada en la espalda.

No obstante, las voces disonantes de los más analíticos hacen una lectura menos engorrosa y más optimista del asunto: cuanto más Espantadores de Mujeres existan, más mujeres habrá para nosotros. Y esa es una verdad egoísta pero irrefutable.©

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