lunes, 13 de julio de 2009

Célebres de Cerdos II

___Clasificación: Bonus C&C___

Continuaré transcribiendo frases que emanaron de amistades peligrosas y malas influencias:

"Más de la mitad del sueldo se me fue en mujeres, el resto lo malgasté en mi novia"

"Me preocupa que ella no desee tener sexo, porque no estoy seguro de no quererla forcejear"

"La nueva moda es tener un novio fashion. Y fashion es aquel que te pasa a buscar en un descapotable"

"Para qué me voy a bañar, si nos vamos a quedar en casa"


"Sé que te doblo en edad, pero ahora todas las chicas comienzan hacerlo a los 15 años con hombres mayores"

"Le cocinaba, la trataba como reina, hasta que accedió a tener sexo, después lo único que yo hacia era recalentar la comida y vuelta a recalentar"

"Al final lo hicimos en la casa de mi abuela, tuve que encerrar a la vieja en el baño y decirle que la puerta se había atascado"

"Me descubrió, encima se enteró que a la otra también le había prometido amor eterno"

"Me divierto calentando a los hombres para luego dejarlos con las ganas"

"Qué ingenua que fue, me dejaba su casa de campo creyendo que yo daba clases de yoga, pero la llenaba de amigos y mujeres para organizar tremendas fiestas"©

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viernes, 3 de julio de 2009

Confesiones de Verano

___Clasificación: Historias del Chiquero___

Con el objetivo de refutar que el autor sólo menciona cochinadas ajenas, transcribiré un par de relatos propios que tuvieron lugar en el verano de 2006 y 2007.

En la casa de Carol La Sabrosa:

Una noche logré convencer a Carol a que me mostrara las fotos de su viaje de estudios, algo que nada tenía que ver con mis verdaderas intenciones:
- Carol: "Con las luz apagada no vas a poder ver las fotos" - me dijo con una sonrisa cómplice -
- Diego: ¿qué fotos?

A modo de juego sensual, mientras le quitaba el vestido por sus hombros con mis dientes, que sólo un "matador" que se precie como tal sabe hacerlo, me topé con un corpiño complicado de desprender, que sólo un inútil que se precie como tal no sabe desabrochar.
Aunque ella no percataba mi forcejeo, me preocupaba los dos primeros intentos fallidos, ya no por vergüenza, sino por miedo a estropear todo el fanfarroneo seductor que venía sosteniendo, que en cierto modo a ella le gustaba.

La resolución fue un objeto determinante, unas tijeras chinas que se hallaban reposadas sobre una de las mesas de luz. La utilización que les di fue demencial: mientras abrazaba a Carol y me ocupaba de su cuello, empuñé las tijeras, medí con coraje los elásticos de su bendito sujetador y corté por lo sano. La maniobra fue sigilosa, por lo que la Sabrosa tampoco advirtió mi acto. La velada continuó satisfactoriamente.

Al terminar, ella se marchó a ducharse, mientras yo resolví prepararme un emparedado con todo lo que encontré en la generosa nevera. Dije atragantado: "me tengo que ir ahora, me llevo una prenda íntima tuya como recuerdo, hablamos después"
Ella quiso decirme algo, pero yo ya había cerrado la puerta.

En el departamento de Ceci La Jugosa:

Curiosa suerte corrió un loro que Ceci tenía en el quinto piso de su apartamento y por fortuna, para sus vecinos, ya no lo tiene.

Como siempre sucedía cada vez que pasaba a buscar a la Jugosa, debía tragarme todo su ritual antes de salir. Necesariamente tenía que esperar a que ella se - re - produzca: maquille, peine, pruebe diferente tipos de ropa y tras un largo lapso de confusión en cuanto a la combinación de las tonalidades de sus prendas, decida vestirse de una vez.

Durante todo ese periodo de tiempo, para hacer amena la espera no tuve mejor idea que jugar con el gato, su otra mascota - extraña combinación, por cierto -, pateando consecutivamente una pelota de tenis.

Reconozco que la espera me había puesto un poco nervioso, por eso le pegué a la pelotita con tanta fuerza y puntería que le acerté al loro en la nuca, el cual se asomaba temeroso por la baranda del balcón.
En la caída no se lo escuchó gritar, por eso sospecho que había de morir en el primer impacto - ojalá no haya sufrido, criaturita de Dios-


Tras lo sucedido, me quedé algo pálido y me puse nervioso como tartamudo que vio un accidente y no puede explicar lo que pasó. No obstante, sabía que necesitaba tener la cabeza fría si quería planear una coartada. Y éso fue exactamente lo que sucedió:

Diego: "uyyy, Ceci ¿Tu loro no vuela?"
Ceci: "no, siempre le corto las alas ¿Por qué me preguntas?"
Diego: "porque acaba de saltar"
Ceci: ¿Cómo? - gritó desquiciada -

Diego: "tu loro y tu gato estaban jugando, de repente tu gato lo atacó, el loro saltó por el balcón y ya no lo vi " - para disimular había puesto al gato cerca del balcón -

Ceci quedó horrorizada por mi relato y en un ataque de nervios le pegó unos cuantos chirlos al gato culpándolo. El gato no entendía nada.©

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