___Clasificación: Historia del Chiquero___
Para evitar entrar en caminos engorrosos, conviene centrarse en la infidelidad como engaño físico y dejar de lado aquello de que uno puede ser infiel incluso también con el pensamiento y similares agregados insípidos que a los Cerdos nos cuesta interpretar.
Una persona que nunca ha sido tentada por otra, no tendría ningún mérito de ser fiel. Incluso estaría en duda que lo fuere. Por consiguiente, se podrá comprobar, eso sí, que serán fieles todos aquellos capaces de rechazar tentaciones.
Bajo este concepto - refutable, por cierto - nacen Las Examinadoras de Novios, grupos de mujeres que, mediante sigilosas estrategias, se dedican a poner a prueba a sus novios con la esperanza de confirmar su lealtad.
En la ciudad de Córdoba, Argentina, se supo de un complot de tres mujeres: una pechugona que atendía una farmacia, una promotora que solía ser la mayor atracción del Rally y una administrativa pública que cuando se vestía poco dejaba a la imaginación.
El plan para conocer si sus novios eran fieles fue el siguiente:
La Farmacéutica debía seducir al novio de la Promotora: Jerry Dientes Afilados
La Administrativa debía seducir al novio de la Farmacéutica: Tito el Desabrido
La Promotora debía seducir al novio de la Administrativa: Rino el Rudo
Esta combinación fue la más adecuada, ya que los novios no conocían a la provocadora en cuestión - naturalmente los peces pican cuando no saben que la carnada tiene anzuelo -
Acordaron que no debían consumar contacto físico con ellos. Caso contrario, serían ellas quienes estuvieran engañando a sus parejas más allá de todo. Pero debían ir lo más lejos posible, ya que, llegado el caso, el supuesto descubierto no podría excusarse.
El primer caso fue lastimoso:
La Farmacéutica, luego de hacerse pasar por extranjera, no tuvo que esforzarse para llevarse a Dientes Afilados a su casa, adonde la Promotora esperaba escondida para ser testigo de lo que su novio era capaz de hacer.
Al llegar al apartamento, Dientes Afilados afirmó rotundamente que no tenía novia y con toda naturalidad se acostó en la cama esperando a la Farmacéutica.
En tanto, la Promotora no tardó en salir al descubierto para rociar a Dientes Afilados con alcohol e intentar prenderle fuego.
El segundo caso fue aún más lamentable:
La Administrativa se las ingenió para conocer al Desabrido en un bar en el que frecuentaba con sus amigos. Nada más acertado, ya que un Cerdo necesita demostrar su condición de macho frente a sus amigotes.
No obstante, algo curioso sucedió. Mientras él hablaba con la Administrativa en un rincón del bar, apareció otra amante pidiendo explicaciones, algo así como "no era que hoy ibas a dormir conmigo"
Vaya a saber desde cuándo el Desabrido venía manteniendo otras relaciones clandestinas y más desconcertante aún, cuántas.
El tercer caso tomó otros matices:
La Administrativa, que vivía en el mismo apartamento que el Rudo, se inventó un supuesto viaje a Buenos Aires por motivos familiares con el fin de que él piense que se quedaría solo - cuando el gato no está, los ratones se divierten -
Ante todo pronóstico, La Promotora no consiguió que el Rudo aceptara una cita.
Al parecer, seguía viva la esperanza de que existen hombres fieles.
Sin embargo, meses después caería por la borda todo tipo de optimismo
Se supo, según las malas lenguas de las viejas barrenderas, que el Rudo se veía a escondida con la Farmacéutica y ambos habían sido cómplices desde el primer momento con el objetivo de terminar juntos.
Y parece que razón no les faltó. Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar si se piensa que la Farmacéutica, víctima de infidelidad, pudo desenmascarar a su novio y el Rudo, con las manos limpias, acabar la relación con la Administrativa por el engaño de su supuesto viaje a Buenos Aires.
El relato advierte sobre el peligro de los Cerdos Infieles y, a su vez, alerta a ellos de la existencia de las Examinadoras de Novios, en un juego basado en la mentira y traición en el que todo vale y nadie puede dejar de desconfiar.©
miércoles, 16 de diciembre de 2009
La Conspiración de Tres Mujeres
jueves, 3 de diciembre de 2009
Un Sueño Casi Hecho Realidad
___Clasificación: Ideología del Autor___
Recuerdo cuando alguien me dijo que "Dios tiene un plan preparado para cada persona". Pero no me explicó en qué se basa para que unos vivan en una mansión lujosa y otros mueran desnutridos en la miseria.
Hace tiempo tuve un sueño en el que yo vivía en una mansión y podía manipular a las personas como marionetas:
Yo era un médico prestigioso que me había ganado la confianza de las personas. Cuando las atendía en mi consultorio les decía que tenían una enfermedad muy grave y que sólo podían curarse a través de una planta especial, la cual crecía en mi campo.
De ese modo, tras una explicación biológica bien inventada, podía tener a las personas trabajando para mi.
En aquel absurdo sueño - como lo son todos -, y por alguna razón desconocida, terminé confesándome frente al Papa.
Intentaré trasladar la escena:
Vaticano, Capilla Sixtina. El Papa reposado en una silla y a unos tres metros yo tomando un Fernet, que anteriormente un cardenal me había servido en una copa de oro - supongo que para hacer juego con el techo de oro de la iglesia -
Después de explicarle al Papa lo que yo hacía, continué hablando:
Ya sabe a qué me refiero, muy similar a su negocio, pero en lugar de sembrar pánico para vender salvaciones y controlar la consciencia humana, yo invento problemas para vender soluciones y así tener esclavos
Me inspiré en aquello de que "Dios es amor, pero si no se hace lo que él dice, o mejor dicho, lo que ustedes dicen, habrá castigo". Yo les explico a los esclavos que la tierra de mi campo es muy buena, pero si no la trabajan, no crecerán más de esas plantas, ergo, ellos morirán. De esa manera, los tengo agarrado bien de los huevos y obtengo una gran cosecha.
Me gustaría tener más esclavos, pero hay otros médicos que andan refutando mis diagnósticos
En tanto, el Papa se limitaba a respirar. Más bien, se encontraba adormecido. Así mismo, continué:
Mi avaricia fue tan grande que al poco tiempo me hice construir una mansión en mi campo. Y le mentiría si le digo que no la lleno de conejitas playboy de tanto en tanto. No sabe cómo la paso... me regocijo entre ellas, bebemos, comemos y nos tiramos champagne en el cuerpo, mientras desde fuera los esclavos nos miran por la ventana sedientos, hambrientos y deseosos de entrar.
Pero no se preocupe, su Santidad, el negocio no me durará mucho tiempo, ya que la gente no es tan tonta cuando de ciencia se trata. Lo que conviene es mantener a las personas rezando y no pensando.
Usted dirá cuál es mi condena...
De repente, el Papa se levantó de la silla, se dirigió hacia mi y cuando me dijo: "no nos vamos andar pisando la sotana..." me despabilé porque sonó el despertador para ir a misa.©